domingo, 13 de enero de 2013

EL ARTE DE LA GUERRA de Sun Tzu


1- El arte de la guerra es el arte del engaño.
2- Si el rival se mueve con facilidad, no hay que darle tregua. Si sus fuerzas estan unidas, se debe procurar dividirlas.
3- Hay que atacar al adversario cuando no esté preparado; aparecer donde menos los espere.
4- La victoria exige cinco pautas fundamentales:
- Percibir cuando luchar y en qué momente abstenerse de hacerlo.
-Aprender a controlar la superioridad e inferioridad con idéntica pericia.
-Conseguir que el equipo, en todos sus rangos, se sienta animado por el mismo espíritu.
-Saber esperar y pillar al enemigo desprevenido.
-Mostrar capacidad de autodeterminación y no permitir que el líder entorpezca las acciones.
De ahí el dicho: "Si conoces tanto al enemigo como a ti mismo, no debes temer el resultado de cien partidos. Si te conoces a ti mismo pero no al adversario, por cada victoria ganada también sufrirás una derrota. Si no conoces al enemigo ni tampoco te conoces a ti mismo, sucumbirás en cada enfrentamiento."
5- En la antigüedad, los contendientes expertos primero se imaginaban lejos de cualquier posibilidad de derrota, y luego esperaban una oportunidad para vencer al adversario.
6- En nuestras manos esta evitar la derrota, pero la oportunidad de someter al adversario nos la proporciona él mismo.
7- "Se puede saber conquistar pero ser incapaz de efectuar la conquista."
8- El contendiente experto es aquel que adopta una posición que hace imposible su derrota y no pierde la oportunidad de someter al enemigo.
9- Quien llegue primero al campo de batalla y espere el arribo del rival se encontrará fresco para competir. Quien llegue en segundo lugar y deba apresurarse para entrar en juego acabará exhausto.
10- El contendiente inteligente impone su propia voluntad sobre la del rival, y en ningun caso permite que el rival se imponga sobre él.
11- Un líder es considerado hábil en el ataque cuando su oponente no sabe qué defender, y destaca en la defensa cuando el contrincante no sabe qué atacar.
12- Al adversario se le debe provocar y observar su actividad o inactividad; obligarle a enseñar sus planes de juego para detectar sus vulnerabilidades.
13- En el fútbol, la táctica del engaño conduce al éxito.
14- Si el equipo forma un único cuerpo unido es imposible que los valientes actúen en solitario o que los cobardes se retiren. Este es el arte de conducir grandes grupos.
15- Existen cinco peligrosos rasgos que pueden afectar negativamente a un líder:
-La imprudencia, porque acarrea destrucción.
-La cobardía, porque conduce a la derrota.
-Un temperamento irascible capaz de ser exacerbado por afrentas menores.
-Un sentido de la honra tan elevado que lo haga susceptible a las humillaciones.
-Una excesiva preocupación por sus hombres que lo exponga a la aflicción y los problemas personales.
16- Cuando se aprecia mucho movimiento significa que se avecina un momento crítico.
17- Si se me preguntase cómo hacer frente a un gran equipo correctamente organizado y a punto de iniciar el ataque, diría: "Se debe comenzar por despojarlo de algo que aprecie, para que así se muestre sumiso."
18- La rapidez en la acción es la esencia de la guerra: se debe sacar provecho de la falta de preparación del rival, tomar lugares inesperados y atacar áreas desprotegidas."
19- El estratega hábil puede ser comparado al "Shuai-jan". El Shuai-Jan es una serpiente que habita en las montañas de Chung. Si le golpeas la cabeza, te ataca con la cola. Si le golpeas la cola, te ataca con la cabeza; y si le golpeas en mitad del cuerpo, te ataca tanto con la cabeza como con la cola.
20- Cómo sacar lo mejor de los fuertes y de los débiles es una cuestión relacionada con el aprovechamiento del terreno de juego.
21- Al entrar en territorio hostil, el principio básico indica que penetrar profundamente produce cohesión, y que adentrarse un corto trecho causa dispersión.
22- El éxito en un duelo se consigue adaptándose minuciosamente a las intenciones del rival.
23- Si el rival deja una puerta abierta, hay que cruzarla de inmediato.
24- Es esencial adelantarse al adversario arrebatándole primero lo que éste considere importante, y a continuación aguardar su llegada para contraatacar.

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